La Navidad venezolana 2019, ha sido la mejor de los últimos seis años, gracias a la estabilidad política que vive nuestra nación, a diferencia de varios países de la región, que han vivido una navidad llena de dificultades debido a la inestabilidad política y económica que ellos viven.
Es un hecho público, notorio y vivencial del pueblo venezolano, que en los últimos días las calles de las principales ciudades del país han estado colmadas de gente comprando bienes de consumo navideño (ropa, calzados, alimentos, bebidas alcohólicas y no alcohólicas). Esto contrasta con las navidades de los últimos años donde el sistema político era inestable, lleno de actores determinantes insistiéndoles a la población venezolana a protestar, a paralizar el comercio y a no celebrar la navidad como garantía que el gobierno de Maduro caería por esa vía.
En este año 2019, los sectores opositores ya menguados de apoyo popular, han visto que por la vía de la desestabilización económica no lograrán sacar a Maduro del poder que ellos anhelan.
Lo cierto es, que el comercio nacional se muestra reactivado en todos los rubros (ferreterías, artefactos domésticos, electrónicos y telefonía celular, entre otros). El sector turismo, como siempre en navidad, se ha remontado. Repletos han estado los aeropuertos nacionales e internacionales, así como los terminales de transporte terrestre.
La economía de remesas se ha hecho sentir por la vía del comercio en dólares. Se observa mucha competencia entre bodegones, tiendas de ropas y calzados ofreciendo de manera libre sus productos en dólares americanos: un fenómeno nuevo en la economía venezolana.
Por el lado gubernamental, la política de subsidios directo a las familias venezolanas por la vía del suministro de alimentos y bebidas, garantizados mensualmente, ha sido un éxito para el gobierno de Nicolás Maduro. Eso nadie lo puede negar. Que una bolsa con 15 productos de primera necesidad y de consumo masivo se distribuya mensualmente a más de 6 millones de hogares de manera efectiva, con la participación organizada de la población y por un valor cinco veces menor que el precio de una harina de maíz precocida marca PAN (Empresas Polar), devela una política social de asistencialismo y apoyo solidario a la familia venezolana.
Que los servicios públicos en Venezuela (electricidad, aseo urbano, gas, agua, combustible y transporte público) como parte del consumo familiar, hoy represente menos del 30% del ingreso familiar, es uno de los determinantes del nivel de estabilidad política que viven los venezolanos, a pesar del bloqueo y las imposiciones económicas del gobierno de Donald Trump. Situación que aleja cada vez más a la sociedad de la implosión social que han insistido los sectores de la ultraderecha venezolana en los últimos cinco diciembres. Valga decir, que ocurriera una implosión social parecida a las vividas en Chile, Perú, Ecuador y Colombia en los últimos meses, hechos ocurridos debido a los elevados precios de los servicios públicos, la mayoría en manos de empresas privadas.
Que el gobierno de Maduro haya alcanzado con éxito su oferta navideña y electoral de garantizarle la distribución efectiva a cada familia beneficiarias del sistema CLAP de un pernil subsidiado en su tradicional mesa del 24 de diciembre, es algo inédito en la historia económica y política contemporánea. Por cierto, hay que resaltar que el precio de la pieza de pernil, de un promedio 3,2 kilogramos, se vendió por tan sólo 30.000 bolívares (alrededor de medio dólar americano), que equivale la mitad del precio de la Harina Pan que venden el consorcio Empresas Polar, perteneciente al actual hombre más rico de Venezuela (Lorenzo Mendoza).
Que Nicolás Maduro les haya garantizado como regalo de navidad un juguete (15 dólares promedio) de buena calidad a la mayoría de los niños de la población venezolana (pertenecientes o no al sistema CLAP) no tiene parangón con ningún otro gobierno de la región.
Que el presidente Maduro, por medio de “alquimia financiera”, haya logrado garantizar la emisión de bonos de ayuda social contra la guerra económica a más de 8 millones de venezolanos inscritos en el Sistema del Carnet de la Patria, demuestra que ha derrotado una vez más a los impulsores nacionales e internacionales de la guerra económica contra la familia venezolana.
Finalmente, que el presidente haya logrado poner en circulación en la economía venezolana la criptomoneda el PETRO por medio de la inyección de bonos de ayuda social a la población con posibilidades de ser gastados mediante del consumo directo en más de 4.800 comercios en todo el país que aceptan el petro como forma de pago, es una revolución monetaria en la economía venezolana.
Hasta la fecha el gobierno ha depositado 4.386.408 de petros a más de 8.000.000 venezolanos inscritos en el Sistema Patria, que incluso, inclusive pueden cambiarlos a bolívares cuando así lo requieran.
Hay que destacar, que el pasado 18 de diciembre el gobierno comenzó a depositar el bono de medio Petro a militares, pensionados y empleados de la administración pública. Esto representa un paso importante para la vinculación y adaptación social a ese nuevo medio de pago electrónico nacional, originario e independiente del sistema de pago tradicional que domina Estados Unidos y del cual estamos bloqueados por el gobierno de Donald Trump.
Es por lo anterior que puede decirse: ¡¡¡EL 2019 ES EL AÑO DE LA CONSOLIDACIÓN DE LA PAZ Y LA ESTABILIDAD POLITICA VENEZOLANA!!!
FELIZ NAVIDAD 2019 PARA TODOS MIS AMIGOS Y FAMILIA.👏🏾👏🏾😊😊🎄🎄🎄
Es un hecho público, notorio y vivencial del pueblo venezolano, que en los últimos días las calles de las principales ciudades del país han estado colmadas de gente comprando bienes de consumo navideño (ropa, calzados, alimentos, bebidas alcohólicas y no alcohólicas). Esto contrasta con las navidades de los últimos años donde el sistema político era inestable, lleno de actores determinantes insistiéndoles a la población venezolana a protestar, a paralizar el comercio y a no celebrar la navidad como garantía que el gobierno de Maduro caería por esa vía.
En este año 2019, los sectores opositores ya menguados de apoyo popular, han visto que por la vía de la desestabilización económica no lograrán sacar a Maduro del poder que ellos anhelan.
Lo cierto es, que el comercio nacional se muestra reactivado en todos los rubros (ferreterías, artefactos domésticos, electrónicos y telefonía celular, entre otros). El sector turismo, como siempre en navidad, se ha remontado. Repletos han estado los aeropuertos nacionales e internacionales, así como los terminales de transporte terrestre.
La economía de remesas se ha hecho sentir por la vía del comercio en dólares. Se observa mucha competencia entre bodegones, tiendas de ropas y calzados ofreciendo de manera libre sus productos en dólares americanos: un fenómeno nuevo en la economía venezolana.
Por el lado gubernamental, la política de subsidios directo a las familias venezolanas por la vía del suministro de alimentos y bebidas, garantizados mensualmente, ha sido un éxito para el gobierno de Nicolás Maduro. Eso nadie lo puede negar. Que una bolsa con 15 productos de primera necesidad y de consumo masivo se distribuya mensualmente a más de 6 millones de hogares de manera efectiva, con la participación organizada de la población y por un valor cinco veces menor que el precio de una harina de maíz precocida marca PAN (Empresas Polar), devela una política social de asistencialismo y apoyo solidario a la familia venezolana.
Que los servicios públicos en Venezuela (electricidad, aseo urbano, gas, agua, combustible y transporte público) como parte del consumo familiar, hoy represente menos del 30% del ingreso familiar, es uno de los determinantes del nivel de estabilidad política que viven los venezolanos, a pesar del bloqueo y las imposiciones económicas del gobierno de Donald Trump. Situación que aleja cada vez más a la sociedad de la implosión social que han insistido los sectores de la ultraderecha venezolana en los últimos cinco diciembres. Valga decir, que ocurriera una implosión social parecida a las vividas en Chile, Perú, Ecuador y Colombia en los últimos meses, hechos ocurridos debido a los elevados precios de los servicios públicos, la mayoría en manos de empresas privadas.
Que el gobierno de Maduro haya alcanzado con éxito su oferta navideña y electoral de garantizarle la distribución efectiva a cada familia beneficiarias del sistema CLAP de un pernil subsidiado en su tradicional mesa del 24 de diciembre, es algo inédito en la historia económica y política contemporánea. Por cierto, hay que resaltar que el precio de la pieza de pernil, de un promedio 3,2 kilogramos, se vendió por tan sólo 30.000 bolívares (alrededor de medio dólar americano), que equivale la mitad del precio de la Harina Pan que venden el consorcio Empresas Polar, perteneciente al actual hombre más rico de Venezuela (Lorenzo Mendoza).
Que Nicolás Maduro les haya garantizado como regalo de navidad un juguete (15 dólares promedio) de buena calidad a la mayoría de los niños de la población venezolana (pertenecientes o no al sistema CLAP) no tiene parangón con ningún otro gobierno de la región.
Que el presidente Maduro, por medio de “alquimia financiera”, haya logrado garantizar la emisión de bonos de ayuda social contra la guerra económica a más de 8 millones de venezolanos inscritos en el Sistema del Carnet de la Patria, demuestra que ha derrotado una vez más a los impulsores nacionales e internacionales de la guerra económica contra la familia venezolana.
Finalmente, que el presidente haya logrado poner en circulación en la economía venezolana la criptomoneda el PETRO por medio de la inyección de bonos de ayuda social a la población con posibilidades de ser gastados mediante del consumo directo en más de 4.800 comercios en todo el país que aceptan el petro como forma de pago, es una revolución monetaria en la economía venezolana.
Hasta la fecha el gobierno ha depositado 4.386.408 de petros a más de 8.000.000 venezolanos inscritos en el Sistema Patria, que incluso, inclusive pueden cambiarlos a bolívares cuando así lo requieran.
Hay que destacar, que el pasado 18 de diciembre el gobierno comenzó a depositar el bono de medio Petro a militares, pensionados y empleados de la administración pública. Esto representa un paso importante para la vinculación y adaptación social a ese nuevo medio de pago electrónico nacional, originario e independiente del sistema de pago tradicional que domina Estados Unidos y del cual estamos bloqueados por el gobierno de Donald Trump.
Es por lo anterior que puede decirse: ¡¡¡EL 2019 ES EL AÑO DE LA CONSOLIDACIÓN DE LA PAZ Y LA ESTABILIDAD POLITICA VENEZOLANA!!!
FELIZ NAVIDAD 2019 PARA TODOS MIS AMIGOS Y FAMILIA.👏🏾👏🏾😊😊🎄🎄🎄
Redaccion de Andrés Giussepe